Los beneficios psicológicos de tener un perro

A veces no te das cuenta del bien que hace tener un perro… hasta que lo tienes.

Por: Juan José Sierra
Educador canino – Técnico en intervenciones asistidas con animales. Embajador Nutriss.
En este blog, nuestro embajador Juan José Sierra comparte desde su experiencia profesional cómo los perros pueden impactar profundamente el bienestar psicológico de sus Dog Lovers. No se trata solo de compañía o diversión, sino de un efecto silencioso pero poderoso que transforma el estado de ánimo, las rutinas y hasta la forma de ver la vida. Aquí te contamos cómo y por qué los perros se convierten en verdaderos aliados emocionales, sin que te des cuenta.

cómo ayuda tener un perro en momentos difíciles

Los beneficios psicológicos de tener un perro (y por qué te hace tan bien sin que te des cuenta)

A veces uno no se da cuenta del bien que hace tener un perro… hasta que lo tiene.
No hablamos solo de tener compañía, o de tener a alguien que te salte encima cuando llegas a la casa (aunque eso también ayuda). Hablamos de un efecto invisible —pero súper poderoso— que tienen los perros sobre nuestra mente, nuestro estado de ánimo y hasta nuestra forma de ver el mundo.

Sí, tener un perro puede ser una terapia con patas. Y no lo digo solo porque suena divertido, sino porque hay ciencia, experiencia y muchos corazones más tranquilos que lo respaldan.

1. Te bajan las revoluciones (sin tener que decir nada)

Un perro no necesita hablar para ayudarte a sentirte mejor. Es suficiente con que se eche a tu lado, te mire como solo ellos saben mirar, y ¡pum!, algo dentro se relaja. Está comprobado: acariciar a un perro puede reducir el estrés, bajar la ansiedad y hacerte sentir más en paz. En serio, tu cuerpo empieza a producir más oxitocina (la hormona del bienestar) y menos cortisol (la del estrés).

En otras palabras, son expertos en mindfulness… aunque no sepan ni qué es eso (¿o sí?).

2. Te ponen en movimiento (aunque no quieras)

Los perros no entienden de días perezosos. Ellos quieren salir, caminar, olerlo todo, y eso nos obliga a movernos también. Y eso es buenísimo. Porque el movimiento es salud mental. Porque salir al sol, caminar con alguien al lado y respirar profundo tiene efectos reales en cómo nos sentimos.

Y sí, hay mañanas donde uno solo quiere quedarse en la cama, pero ahí está el perro, mirándonos con esa cara de “¡vamos pues!”. Y terminamos poniéndonos los tenis y agradeciéndolo después.

3. Te enseñan a tener rutina (sin necesidad de una agenda)

Tener un perro nos da estructura. No porque seamos súper organizados de repente, sino porque adquirimos ese compromiso. Ellos tienen hambre a sus horas, quieren salir a la misma hora, y si no les das su paseo, bueno… ya sabemos que el sofá paga las consecuencias.

Esa rutina, aunque parezca súper simple, ordena la vida. Te da pequeñas metas diarias. Y eso, psicológicamente, es oro. Porque sentir que cumplimos cosas, aunque sean chiquitas, nos da motivación y propósito. Y eso se nota en el estado de ánimo.

por qué tener un perro mejora tu estado de ánimo

4. Te hacen sentir acompañado (de verdad)

Los perros no llenan silencios con palabras, pero sí con presencia. Son compañía genuina, esa que no exige nada, que no te pide que expliques cómo te sientes, que simplemente se acuesta cerca tuyo y ya.

Y en un mundo donde a veces las personas se sienten solas incluso estando acompañadas, eso es un súper poder.

5. Te conectan con otras personas (aunque seas cero social)

Un perro es como una llave que abre conversaciones. Vas al parque y alguien te dice “¡qué lindo tu perro!”. Y ya. Empezó una conversación. A veces termina ahí, a veces no. Pero ese pequeño momento social puede mejorar tu día. Ellos son unos “lubricantes sociales” súper poderosos.

Además, cuando tienes un perro, conoces gente que también ama a los perros… y eso ya es medio camino ganado.

6. Te ayudan a conocerte (sin que te des cuenta)

Educar a un perro no es solo enseñarle cosas a él. Es un espejo. Te das cuenta de tu nivel de paciencia, de cómo te comunicas, de cómo reaccionas. Ellos sacan cosas tuyas que ni sabías que estaban ahí. Y si prestás atención, te enseñan más de lo que les enseñamos a ellos.

Entonces, ¿tener un perro es bueno para la salud mental?

Sí. Pero no como una receta. No va a resolverlo todo. No reemplaza una terapia ni soluciona problemas de un día para otro. Pero sí te sostiene. Te acompaña. Te saca de la rutina. Te enseña a conectar. Y, sin decir una palabra, puede convertirse en un aliado poderosísimo en tu bienestar emocional.

Porque a veces lo que necesitás es que alguien te mire con amor incondicional, te saque a caminar y te haga reír.

Y en eso, los perros son campeones.

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